jueves, 30 de mayo de 2013

Valores III. Saber perder.


Ni siquiera un dios puede cambiar en derrota la victoria de quien se ha vencido a sí mismo. Buda.

Acostumbrado a los deportes de equipo donde se enfrenta un equipo contra otro y acaba habiendo un ganador y un perdedor, puedes pensar que practicando los deportes de atletismo, ciclismo o natación uno no debe sentirse ganador o perdedor salvo que quede primero o cualquier otro puesto después de este, respectivamente. En el caso de que consigas el primer puesto habrás ganado, si no lo consigues habrás perdido. Para mi práctica deportiva yo no opino así. En cada prueba en la que participo compito contra mi mismo y contra el objetivo que me he propuesto. Si me bato a mí mismo o si consigo el objetivo habré conseguido ganar, si no lo hago habré perdido independientemente  del puesto. 

Mi objetivo de todos los años en la carrera es intentar bajar de 38 minutos en una carrera homologada de 10 km para poder correr la San Silvestre Vallecana Internacional de ese año. Una vez conseguido este reto, el objetivo primordial es intentar bajar de 38 minutos en esa carrera. Bajé de esos tiempos en carreras homologadas y por lo tanto corrí la San Silvestre Vallecana Internacional en los años 2006, 2007, 2011 y 2012 y no ha sido hasta este último año cuando he conseguido bajar de los 38 minutos en la propia prueba (por lo que ya tengo plaza para la de este año 2013). El perfil de la San Silvestre Vallecana Internacional es complicado ya que los primeros kilómetros tienen tendencia a bajar para cambiar los dos últimos kilómetros donde todo pica hacia arriba. La prueba del año 2006 la considero de prueba para conocer el recorrido, la del año 2007 salí a un ritmo que no pude mantener y mucho menos los dos últimos kilómetros. En el año 2011 corrí con un dolor de tripa impresionante, si hubiera podido hubiese parado en la Calle Serrano y no precisamente a mirar escaparates. Finalmente después de todas esas derrotas ha sido en 2012 cuando he metido el tiempo que quería en la prueba. De alguna manera todas esas “derrotas” previas me prepararon para la “victoria” que conseguí en 2012.

El sentimiento que queda tras la derrota es la rabia. La rabia de un niño pequeño que no acepta que le ganen porque en definitiva uno no acepta que haya perdido. Tras la rabia, una vez calmado, llega el análisis del por qué no has conseguido estar como otras veces o del porqué no has conseguido el objetivo que te habías propuesto. Y no hay que olvidarse que, no teniendo más rival que uno mismo, la causa de la derrota parte de si mismo: “Quizá he llegado fuera de forma”, “quizá el objetivo no era alcanzable y he subestimado la prueba…”. Tras el análisis, finalmente la aceptación de la derrota: “he perdido” y automáticamente hay que levantarse y proponerse un nuevo objetivo intentando corregir todo aquello por lo que has perdido. Esto es aprender de las derrotas. Esto es lo que yo entiendo de la expresión saber perder: rabia, análisis, aceptación y nuevo intento.

Y esto último también lo aplico en mí día a día más allá del deporte. Porque la vida está llena de pequeñas y grandes derrotas por las que sientes rabia (que puede durar bastante tiempo), de las que haces un análisis de la situación (desde diferentes puntos de vista y siempre objetivamente), aceptas la derrota (con o sin resignación) y después vuelves a intentarlo. Seguramente tú también, sin darte cuenta, seguirás estos pasos cada vez que te has sentido derrotado. Es cierto que según nuestra forma de ser tu etapa de rabia o análisis durará más o menos tiempo, pero ¿quién no ha pasado por estas etapas cuando ha dado por finalizada una relación (del tipo que sea)?  

Por cada victoria que se consigue, uno ha perdido la cuenta de todas las derrotas que ha sufrido, pero eso es lo que hace que cada victoria sea más grande.



martes, 28 de mayo de 2013

Técnica de carrera


Como ya comentamos en una entrada anterior: es fundamental entrenar el fondo, posteriormente habría que aumentar nuestro umbral anaeróbico y junto a esto es necesario economizar nuestros movimientos mediante la mejora de la técnica. Con la mejora de la técnica, además de economizar nuestros movimientos también conseguiremos evitar lesiones.

Y es que cuando salimos a correr, un solo pie soporta un peso inimaginable. En el caso de un entrenamiento de 10 kilómetros de una persona de 70 kg cuya zancada sea de 1,2 m tenemos que: 10.000/1,2 * 70 = 583.333 kg ¡Más de media tonelada!

En esta entrada vamos a ver cual es la mejor técnica para correr.

Para correr adecuadamente es necesario que sigas estos sencillos consejos:
·         Mira hacia adelante y alinéate con tus pies. No hagas bailar tu cabeza. Mantén la barbilla alta y la vista al frente, no mires al suelo.
·         Tus hombros deben estar relajados y el balanceo de tus brazos deben ser hacia el pecho, dejándolos más pegados a éste que hacia afuera. Este movimiento te debe de ayudar a avanzar.
·         Centra la pisada en el antepié, que es donde debes aterrizar primero. Una ligera flexión de la rodilla en la recepción, reduce el impacto en nuestras articulaciones. La caída del pie debe coincidir bajo tu centro de gravedad o un poquito hacia delante.
·         Mantén el cuerpo alineado. Hacia el final de la zancada, tu pie debe estar en línea con el suelo, detrás de la rodilla, que a su vez, tiene que estar debajo de la cadera. Para conseguirlo debes inclinarte un poco hacia adelante, de manera que tu movimiento se volverá más efectivo.
·         Relaja tus puños. Mantén las manos sueltas.

Errores fundamentales:
·         Extensión completa de la pierna de apoyo.
·         No elevar las rodillas lo suficiente.
·         Colocar el tronco excesivamente adelantado o hacia atrás.
·         Mover los brazos con trayectoria casi lateral.
·         Llevar los brazos muy flexionados.
·         Acompañar el braceo con un movimiento notorio del cuerpo.
·         Rigidez en el cuello.
·         En la fase de apoyo flexionar excesivamente la pierna.
·         Centrar la pisada en los dedos del pie.
·         Centrar la pisada en el talón.

Un consejo para mejorar tu técnica.
Scott Jurek es un ultrafondista norteamericano. Las distancias de carrera en las que ha competido rondan desde las 50 a las 100 millas (de 80 a 160 km) pasando por pruebas de hasta 240 km. En su libro Correr Comer Vivir da una serie de recomendaciones en cuanto a la técnica de carrera que, viniendo de un ultrafondista (el cual debe repetir esa técnica más de 120.000 veces en pruebas de 100 millas), es importante tener en cuenta. Uno de los consejos que da es respecto a aumentar la frecuencia de zancada: 

El error más habitual entre los corredores son las zancadas excesivas: dar zancadas demasiado grandes y lentas, llegando más lejos con el pie dominante y tocando el suelo con el talón. Esto implica estar más tiempo en contacto con la superficie, lo que significa que el talón, que es una zona de por sí vulnerable, choca con el terreno con mayor fuerza, generando de esa manera un impacto mayor en las articulaciones. Entrenar con una tasa de 170 a 180 pasos es la forma más rápida de corregir este problema. Si das pasos más pequeños, ligeros y rápidos, estarás minimizando la fuerza de impacto y podrás correr durante más tiempo y de forma más segura. Así también conseguirás ser un corredor más eficiente. Según diferentes estudios, casi todos los corredores de élite que compiten en distancias entre los 3 y los 46 km corren en tasas de entre 170 y 180 pasos por minuto.

Además el aumento de la frecuencia de paso puede reducir de manera sustancial la carga mecánica a la cadera y la rodilla durante la carrera pudiendo prevenir y ayudar en el tratamiento de lesiones asociadas a la carrera. Esto es importante para todos aquellos que tenéis dolores en la rodilla.

¡Haz la prueba! Un día que salgas a correr intenta dar 30 pasos durante 10 segundos (si ves que no llegas, acorta la zancada, no aumentes la velocidad). Esa es a la frecuencia a la que debes correr. Sabiendo la cadencia de pasos que debes dar, prueba a correr durante dos minutos a esa frecuencia y ve aumentando gradualmente el tiempo que corras así de un día para otro.

lunes, 27 de mayo de 2013

Tipos de fibras musculares


“Un velocista mediocre podría llegar a ser un maratoniano decente, pero un maratoniano decente no podría llegar a ser un velocista siquiera mediocre” Javi.

Como ya se comentó en una entrada anterior, es importante conocer los dos tipos de fibras que contienen nuestros músculos. Quizá después de esta entrada podrás entender por qué cuando jugabas al baloncesto en el colegio, a pesar de que saltaras muy fuerte, no llegabas a hacer un mate como el resto de tus compañeros pero sí que a esos mismos compañeros les “sobabas el morro” cuando hacíais carreras largas en educación física.

En nuestros músculos tenemos dos tipos de fibras:

·         Las fibras lentas: Son mucho más resistentes que las rápidas por lo que se fatigan menos. A cambio son menos fuertes que las rápidas.

·         Las fibras rápidas: Son mucho más potentes que las lentas pero se fatigan mucho más y generan más lactato. Si aún no sabes que es lo que es el lactato puedes ver esta entrada.

El porcentaje de cada uno de estos tipos de fibras en los músculos viene determinado genéticamente por lo que explica el rendimiento que cada persona puede tener en un determinado deporte. Aquellas que tengan un porcentaje más alto de fibras lentas podrá rendir mejor en deporte de esfuerzo constante y de resistencia y los que tengan un porcentaje alto de fibras rápidas rendirán mejor en aquellos deporte en los que sea necesario capacidad de salto y sprint.

Los ciclistas profesionales tienen un elevado porcentaje de fibras lentas y esto es debido al esfuerzo largo y continuo al que deben someter su cuerpo durante tantas horas y tantos kilómetros. Pero aquellos ciclistas especializados en los sprints, cuyas piernas son algo más gordas que la de los demás, tienen además un buen porcentaje de fibras rápidas ya que su mayor rendimiento es en esfuerzos cortos y estresantes. A cambio estos tienen otra contrapartida: cuando llegan las etapas de alta montaña, donde hay que subir puertos largos se quedan atrás pues a esfuerzos largos y prolongados  su rendimiento muscular baja mucho.    

Es importante que sepas que con el entrenamiento es posible modificar las características de las fibras rápidas haciéndose más lentas. No siendo posible al revés: que las fibras lentas se puedan hacer rápidas. Esto explica que una de las razones por las que el profesional de cualquier deporte elige retirarse porque “ha perdido chispa”. También explicaría el hecho de que grandes atletas o ciclistas que despuntaron en  el medio fondo o ciclistas clasicómanos de una etapa (donde es necesario un alto porcentaje de fibras rápidas), a la mitad- final de su carrera deportiva fueran muy competitivos en carreras de larga distancia o grandes vueltas de tres semanas (cuando ya habían aumentado el porcentaje de fibras lentas). Este es el caso del gran Haile Gebreselassie ganador en pruebas desde los 1.500 metros con 26 años para llegar a establecer plusmarcas anuales en maratón con 32 años. O el caso del ciclista francés Laurent Jalabert, ganador de Milán San Remo, Flecha Balona entre otras muchas (con 27 y 28 años) para después ganar el maillot de la montaña en el Tour (con 33 y 34 años).

Después de leer esta entrada podrás entender una de las muchas teorías que tenía mi entrenador de atletismo: “Un velocista mediocre podría llegar a ser un maratoniano decente, pero un maratoniano decente no podría llegar a ser un velocista siquiera mediocre.”

domingo, 26 de mayo de 2013

Carrera por la esclerosis múltiple


Hace unos días me escribió mi hermano Carlos un whasap: ”te he inscrito a la carrera por la esclerosis múltiple, la corremos juntos”… y esta mañana allí estábamos… hemos llegado pronto, recogido los dorsales incluso hemos encontrado a Mónica y Alberto con los que había quedado Carlos.






Cerca de las nueve nos colocamos en la línea de salida donde podemos porque hay un montón de gente y comienza  …5…4…3…2…1 ¡vamos!  a empezar a moverte…. Andando al  principio por la cantidad de corredores que somos y poco a poco empezando a trotar. Hoy no llevo mi música “hoy no te lo pongas” me dice Carlos… vale… es por esto por lo que soy más consciente de mi respiración y de llevarla a buen ritmo tal y como me ha enseñado David….2 veces inspira por la boca y uno por la nariz… Muy pronto Mónica y Alberto nos adelantan  y pienso “ve a tu ritmo e intenta mantenerlo”… y así comienzan los primeros kilómetros que me parecen los más pesados, me cuesta coger el ritmo y si a eso le añadimos un par de cuestas tremendas imaginaros…. Y siempre Carlos a mi lado animando “¡venga, vamos, muy bien…cuidado… por allí!” hasta que llegó mi primera parada, creo que fueron  10 o 15 segundos… paro, respiro y ¡seguimos! Continuamos los siguientes kilómetros 4, después el 5, se hace eterno de letrero en letrero y por fin ¡agua! menos mal… tengo la boca seca. Carlos me dice: “tú sigue que yo te la cojo y ahora te pillo”. Oigo a alguien que increpa a mi hermano, “son ganas de discutir corriendo” le digo. Al enterarme después que lo que realmente ha ocurrido es que ha empujado a mi hermano pienso que si le hubiese visto hacerlo me lo como con papas… bueno sigo… tengo que decir que a partir de este que creo recordar que seria el 5 ya muy poquitas cuestas mas o muy ligeras, pero no pude evitar una segunda de mis paradas…. 10 ó 15 segundos…. Y ¡seguimos!… por el camino vas fijándote en los que te van pasando y a los que pasas tú… recuerdo una chica que durante varios kilómetros mantuvimos el ritmo y su forma tan peculiar de correr, a Carlos también le llamó la atención. Vamos pasando el  7…8 y empiezo a darme cuenta de que cogemos buen ritmo porque incluso vamos adelantando…. Carlos me habla pero no puedo contestar, ahora no puedo, mira el reloj  “muy bien, muy bien” me dice,  y continuamos y pienso “este ritmo hay que aguantarlo hasta la meta… la respiración… “y vemos la meta... hay mucha gente animando a los que llegábamos y por supuesto mi cuñada… “¡campeones!” nos grita… diez kilómetros… hecha polvo… contenta, muy contenta, reto conseguido…. ¡Muchas gracias compañero! y ¡ahora a preparar el siguiente!