lunes, 27 de mayo de 2013

Tipos de fibras musculares


“Un velocista mediocre podría llegar a ser un maratoniano decente, pero un maratoniano decente no podría llegar a ser un velocista siquiera mediocre” Javi.

Como ya se comentó en una entrada anterior, es importante conocer los dos tipos de fibras que contienen nuestros músculos. Quizá después de esta entrada podrás entender por qué cuando jugabas al baloncesto en el colegio, a pesar de que saltaras muy fuerte, no llegabas a hacer un mate como el resto de tus compañeros pero sí que a esos mismos compañeros les “sobabas el morro” cuando hacíais carreras largas en educación física.

En nuestros músculos tenemos dos tipos de fibras:

·         Las fibras lentas: Son mucho más resistentes que las rápidas por lo que se fatigan menos. A cambio son menos fuertes que las rápidas.

·         Las fibras rápidas: Son mucho más potentes que las lentas pero se fatigan mucho más y generan más lactato. Si aún no sabes que es lo que es el lactato puedes ver esta entrada.

El porcentaje de cada uno de estos tipos de fibras en los músculos viene determinado genéticamente por lo que explica el rendimiento que cada persona puede tener en un determinado deporte. Aquellas que tengan un porcentaje más alto de fibras lentas podrá rendir mejor en deporte de esfuerzo constante y de resistencia y los que tengan un porcentaje alto de fibras rápidas rendirán mejor en aquellos deporte en los que sea necesario capacidad de salto y sprint.

Los ciclistas profesionales tienen un elevado porcentaje de fibras lentas y esto es debido al esfuerzo largo y continuo al que deben someter su cuerpo durante tantas horas y tantos kilómetros. Pero aquellos ciclistas especializados en los sprints, cuyas piernas son algo más gordas que la de los demás, tienen además un buen porcentaje de fibras rápidas ya que su mayor rendimiento es en esfuerzos cortos y estresantes. A cambio estos tienen otra contrapartida: cuando llegan las etapas de alta montaña, donde hay que subir puertos largos se quedan atrás pues a esfuerzos largos y prolongados  su rendimiento muscular baja mucho.    

Es importante que sepas que con el entrenamiento es posible modificar las características de las fibras rápidas haciéndose más lentas. No siendo posible al revés: que las fibras lentas se puedan hacer rápidas. Esto explica que una de las razones por las que el profesional de cualquier deporte elige retirarse porque “ha perdido chispa”. También explicaría el hecho de que grandes atletas o ciclistas que despuntaron en  el medio fondo o ciclistas clasicómanos de una etapa (donde es necesario un alto porcentaje de fibras rápidas), a la mitad- final de su carrera deportiva fueran muy competitivos en carreras de larga distancia o grandes vueltas de tres semanas (cuando ya habían aumentado el porcentaje de fibras lentas). Este es el caso del gran Haile Gebreselassie ganador en pruebas desde los 1.500 metros con 26 años para llegar a establecer plusmarcas anuales en maratón con 32 años. O el caso del ciclista francés Laurent Jalabert, ganador de Milán San Remo, Flecha Balona entre otras muchas (con 27 y 28 años) para después ganar el maillot de la montaña en el Tour (con 33 y 34 años).

Después de leer esta entrada podrás entender una de las muchas teorías que tenía mi entrenador de atletismo: “Un velocista mediocre podría llegar a ser un maratoniano decente, pero un maratoniano decente no podría llegar a ser un velocista siquiera mediocre.”