viernes, 26 de abril de 2013

Un poquito de fisiología


“Carlitos, ¿hoy te animas a correr conmigo?” El Fibri.

Para comprender mejor todas las cuestiones relacionadas con el entrenamiento es interesante y necesario tener una serie de conocimientos básicos sobre algunos conceptos fisiológicos.

Consumo máximo de oxígeno.
Podríamos hacer un símil entre la cilindrada de un coche con el consumo máximo de oxígeno. A mayor cilindrada más rápido será nuestro coche, al igual ocurre que a mayor consumo máximo de oxígeno (VO2max) más rápido será el deportista. El VO2max mide la cantidad máxima de oxígeno que el cuerpo puede utilizar en un tiempo determinado y se suele medir en mililitros de oxígeno por kilogramo del deportista y por minuto (ml/kg*min) aunque también se puede expresar de forma absoluta (sin peso). Esto también se denomina potencia aeróbica (quizá esto te suene de otra entrada).
A medida que te entrenes aeróbicamente aumentarás tu VO2max y con ello tu rendimiento pero llegará a un límite genético.
Este valor solo se puede determinar en una prueba de laboratorio.
Umbral del lactato.
El lactato es un producto que es considerado de desecho cuando los músculos están trabajando anaeróbicamente. Este tipo de trabajo se produce cuando se está realizando un esfuerzo tal que el nivel de oxígeno que estás aportando no es suficiente para “quemar” el glucógeno muscular. El lactato se acumula en tu organismo lo cual no es ningún problema hasta que llega a una intensidad umbral. A partir de ese momento, el organismo no es capaz de asimilar todo el lactato que produce y obligará a bajar la intensidad del ejercicio. Esto es lo que le ocurre a un ciclista cuando “le sacan de punto”, cuando ves que un corredor no es capaz de responder a un ataque de un compañero o cuando literalmente tienes que parar de realizar una actividad porque “no puedes más”.
Por lo que el umbral del lactato o umbral anaeróbico es la carga de trabajo que un deportista puede soportar durante un tiempo determinado (comparándolo con una velocidad o potencia desarrollada).
Para determinar el umbral del lactato se utilizan medidores de lactato que los deportistas profesionales utilizan habitualmente. Como no contamos con estos medidores hay diversas fórmulas para obtener este umbral del lactato según las pulsaciones, pero antes se debe ser un deportista entrenado para poder medir este umbral del lactato. Recuérdame que te cuente estas fórmulas cuando estés bien entrenado.

Ambos parámetros guardan relación en cuanto que se puede considerar el % de umbral del lactato respecto a la VO2max en un ritmo o potencia generada. Esto es cuanto oxígeno es capaz de consumir tu cuerpo en tu umbral del lactato. Con un ejemplo quizá lo entiendas:
El corredor 1 tiene un VO2max de 55 ml/kg*min y umbral del lactato: 70%
El corredor 2 tiene un VO2max de 50 ml/kg*min y umbral del lactato: 80%
El corredor 3 tiene un VO2max de 45 ml/kg*min y umbral del lactato: 75%
En principio pensaríamos que con los valores de VO2max el corredor 1 es más rápido (tiene más cilindrada), pero si vemos los valores con el umbral del lactato predeciríamos que el corredor 2 es capaz de consumir más oxígeno en su umbral del lactato:
Corredor 1=55*0,7= 38,5 ml/kg*min
Corredor 2=50*0,8=40 ml/kg*min
Corredor 3=45*0,75=33,75 ml/kg*min
Pero recuerda que no hemos dicho nada del nivel de esfuerzo que vienen desarrollando. Los corredores 1 y 2 requieren de 40,5 ml/kg*min para ir a un ritmo de 5 minutos el kilómetro, el corredor 3 requiere de 32 ml/kg*min. Por lo tanto, con los datos calculados anteriormente, el corredor 3 puede mantener ese ritmo más tiempo ya que es el único que está corriendo por debajo de su ritmo del umbral del lactato. Para que puedas comparar, un deportista de fondo de élite puede llegar a tener un % de umbral del lactato del 90%.
CONCLUSIÓN A LA PARRAFADA ANTERIOR: Para mejorar pedaleando, corriendo o nadando, hay que trabajar primero el VO2max por lo que deberás trabajar aeróbicamente. Después tu organismo se deberá acostumbrar al lactato para aumentar así su umbral. Y, finalmente (en conjunto con todo lo anterior) deberás trabajar tu economía de movimientos (técnica de carrera, bicicleta o natación).


Solo he conocido personalmente a un hombre que ha nacido para triunfar en el deporte. Le llaman cariñosamente Fibri.
Fibri, con casi cuarenta años, ganó una San Silvestre Vallecana Popular a principios de la década del 2000 con la friolera de un tiempo de 31 minutos en 10 km y siguió ganando carreras populares en Senior y Veteranos, años después. Fuimos compañeros en un trabajo hace ya unos años. Antes de que comenzara la jornada laboral, un buen grupo de compañeros entrenábamos juntos, entre ellos estaba Fibri. La primera vez que le vi correr yo no le acompañaba pero me llamó la atención la mala técnica de carrera que utilizaba: parecía que arrastraba el talón izquierdo, e incluso tenía la espalda algo encorvada. Eso sí, cuando corríamos juntos, a pesar de su mala técnica, su ritmo de calentamiento era el ritmo en el que yo tenía pensado hacer las series. Solo una sesión de entrenamiento y aprendí que si quería correr con Fibri tendría que hacer mis series cuando él hiciera el calentamiento. Muchos días antes de que él se pusiera a entrenar yo ya estaba calentando para poder correr con él. Me veía calentar y me gritaba (con su voz peculiar): “Carlitos, ¿hoy te animas a correr conmigo?”  
Siempre contaba que descubrió tarde el atletismo ya que no fue hasta que llegó a la mili cuando un superior le dijo que correr se le daba bien. Fue entonces cuando se dio cuenta que sus facultades genéticas (un alto VO2max y un altísimo umbral del lactato) se iban a ver contrarrestadas con su técnica de carrera, por lo que empezó a entrenar ésta. Coincidió con varios atletas profesionales de renombre dedicados al medio fondo, fue liebre de otro gran conocido deportista, pero no triunfó como ellos. Desde entonces le he visto en contadas carreras populares y en la última me comentó que las obligaciones paternales le impedían salir a correr todo lo que quisiera. Quien sabe, lo mismo en la próxima carrera oigo una voz peculiar que me grita: “Carlitos, ¿hoy te animas a correr conmigo?”