“Guarda bien esto. Te lo mereces.” Emil Zátopek.
Emil
Zátopek nació el 19 de septiembre de 1922 (el mismo día que su mujer) y comenzó
a correr cuando trabajaba en una fábrica de calzado. En 1945 ingresó en el
ejército checoslovaco por lo que abandonó su oficio y tras establecer en 1944
su primera plusmarca. Su peculiar forma de correr: con la cara desencajada y en
la que parecía que en cualquier momento se iba a caer al suelo pero a la vez
imponía un ritmo duro y severo, le valió el sobrenombre de locomotora humana.
En
los juegos olímpicos de Londres de 1948 ganó la medalla de oro en los 10.000
metros y la plata en los 5.000 metros. Entre 1949 y 1954, Zátopek batió ¡18
récords del mundo!, desde los 5.000 metros hasta los 30 kilómetros y el record
de la hora. Ganó el oro en los campeonatos de Europa en la modalidad de 5.000 y
10.000 metros.
En
los juegos olímpicos de Helsinki de 1952 ganó las medallas de oro de 5.000 y
10.000 metros. En la celebración de la medalla de oro de 5.000 metros le deseó
suerte a su mujer que competía en lanzamiento de jabalina, una hora después su
mujer ganó la medalla de oro (en más de una ocasión Zátopek declaró que su amor
a su esposa era la inspiración a su carrera). Una semana después Zátopek
competía por primera vez en una maratón, la cual ganó. ¡Ganó la primera vez que
corrió la distancia de maratón! Increíble. El record que estableció entonces
ganando la medalla de oro en unos juegos olímpicos en las modalidades de 5.000,
10.000 y maratón es posible que jamás se vuelva a repetir.
Uno
de sus grandes rivales en la pista fue el francés Alain Mimoun pero fuera de
ella ambos se profesaban un gran respeto, admiración y una profunda amistad. En
los juegos olímpicos de Londres Alain fue plata en los 10.000 metros detrás de
Zátopek, y en los de Helsinki fue plata en los 5.000 y en los 10.000 metros
detrás también de Zátopek. En los siguientes juegos olímpicos de Melbourne 1956
Alain ganó la medalla de oro en la maratón, Zátopek hizo sexto (¡en la segunda
maratón en la que competía!). Al entrar en meta y enterarse de que había ganado
Alain, Zátopek le abrazó y felicitó declarándole que aquello valía más para él
que todo el oro del mundo.
A lo
largo de su carrera deportiva Zátopek compitió en 334 carreras de las que obtuvo
la victoria en 261 ocasiones y obtuvo un récord de 69 victorias consecutivas en
diferentes distancias.
Zátopek
fue el inventor del entrenamiento por intervalos, basado en series y cambios de
ritmo. Y es que, como ejemplo, una de sus sesiones favoritas de entrenamiento
consistía en: correr 12 km a ritmo suave y después 10 series de 200 metros, 25
de 400, después de nuevo 10 de 200 para acabar con media hora más de carrera
suave.
En
Checoslovaquia fue considerado un héroe nacional pero debido al apoyo que
prestó durante la primavera de Praga de 1968 al político reformista democrático
Alexander Dubcek fue reprimido por el nuevo gobierno de influencia soviética y
tuvo que trabajar de barrendero y limpiando letrinas una vez que se negó a
apoyar al nuevo régimen. A partir de 1975 su imagen fue rehabilitada por parte
del régimen comunista.
Falleció
en noviembre del año 2000 en Praga.
Una
última historia de Zátopek que nos habla de su calidad como persona:
Ron
Clarke fue un atleta australiano que allá por los años 60 fue un gran dominador
de las pruebas de fondo. Llegó incluso a aunar al mismo tiempo los récords de
3.000 m, 5.000 m, 10.000 m, 3, 5 y 10 millas. Algo irrepetible.
Sin
embargo nunca brilló en los juegos olímpicos: En las olimpiadas de su propio
país, en Melbourne 1956, solo tenía 19 años y se tuvo que conformar con llevar
la antorcha olímpica quedándose fuera de la selección por el servicio militar.
En los juegos olímpicos de Roma de 1960 tampoco participó por estar realizando
sus estudios de contabilidad. En Tokio 1964 en la prueba de los 10.000 metros
le falló la táctica ya que se quedó encerrado en la última y durísima vuelta
por lo que no pudo remontar al final, consiguió el bronce. En los 5.000 metros
y la maratón repitió un noveno puesto. En 1968, en la prueba de 10.000 metros,
le hizo polvo la altura de México D.F (como a tantos otros) entrando en meta completamente
destrozado y al cruzar la meta se derrumbó. Acabó sexto.
Tras
los últimos juegos de 1968 Ron Clarke estaba anímicamente destrozado. Entonces fue
invitado por Emil Zátopek a Checoslovaquía. Era por aquella época cuando Zátopek
estaba viviendo la dura represión del gobierno por el apoyo público que había
otorgado al disidente Alexander Dubcek. En el aeropuerto antes de coger el
vuelo, Zátopek entregó a Ron un paquete a la vez que le decía: “Guarda bien esto. Te lo mereces.” Ron no
se atrevió a abrirlo temiendo que fuera algún envío al exterior que podía ser
interceptado. Cuando Clarke abrió el paquete en pleno vuelo descubrió la
medalla de oro que Emil había ganado en los 10.000 metros en los juegos
olímpicos de Helsinki. De nuevo Zátopek demostraba lo grande que era.