En
una de las anteriores entradas hablamos del desarrollo de las bicicletas (aquí puedes verla si no lo has hecho ya) donde
adelantamos que hablaríamos de la cadencia de pedaleo. La cadencia de pedaleo
es la velocidad de las pedaladas que imprimes a la bicicleta. En concreto es el
número de vueltas completas que da el pedal en un tiempo determinado por lo que
se mide en vueltas por minuto o pedaladas por minuto. Si investigas un poco
verás que hay aparatos llamados cadenciómetros que miden esta cadencia de
pedaleo y cuyo funcionamiento es muy parecido al cuentakilómetros (que mide el
número de vueltas a la rueda y en función del perímetro te da una velocidad).
En la actualidad hay pulsómetros y cuentakilómetros que además te proporcionan
el dato de la cadencia de pedaleo que estás imprimiendo a la bicicleta. De
todas formas, es relativamente sencillo medir la cadencia de pedaleo que vienes
generando. Simplemente basta con contar las pedaladas que das en 10 segundos
(los segundos los puedes ver en un reloj o en tu cuentakilómetros) y
multiplicar ese valor por 6.
Como
supondrás la cadencia de pedaleo es un tema importante para los ciclistas. En
los últimos años se ha puesto muy de moda con “el molinillo” (argot que se
utiliza para aquellos que van con cadencias de pedaleo muy altas) que
utilizaban ciclistas como Armstrong o ahora Contador. Pero deberías saber que
hace bastantes años ya se hablaba de esto y que había ciclistas preocupados por
llevar una cadencia de pedaleo adecuada pero que, debido a los elementos
rústicos de sus bicicletas con platos enormes y pocos piñones, no les permitían
variar mucho su velocidad de pedaleo.
A día
de hoy, donde se pueden estudiar y determinar en laboratorio el VO2 max y el umbral
anaeróbico del ciclista (mirar esta entrada para quesepas que son estos términos) así como la potencia que se le está
imprimiendo a la bicicleta mediante potenciómetros en la rueda trasera, se
pueden llegar a una serie de conclusiones de la cadencia óptima (la que menos
consumo de oxígeno requiere):
La
cadencia óptima aumenta a medida que se mueve más potencia. Para que lo
entiendas más fácilmente, a medida que tu pedaleo es más fuerte (independientemente
del desarrollo que lleves) la cadencia óptima es mayor.
En
llano la cadencia óptima es mayor que en subida. Los ciclistas profesionales
manejan unas cadencias medias de 90 ped/min en llano y de 71 ped/min en subida.
Esto es así porque en llano la inercia del pedalier (la parte que está en el
cuadro entre los pedales y que contiene rodamientos) aumenta.
También
se ha determinado que la cadencia de cada ciclista está muy relacionada con patrones
de motor fijo a nivel de la médula espinal. Esto nos viene a decir que la
cadencia óptima también es una cuestión genética (si no lo era antes ya).
Relacionado
con lo anterior, en los estudios de laboratorio se ha encontrado que cuando se
pedalea a la máxima intensidad (entrando en la fase anaeróbica), la cadencia
elegida libremente por el ciclista coincide con la que sería la cadencia óptima
en términos de economía. Esto tiene su explicación ya que tu propio organismo
regulará tus movimientos para economizarlos al máximo.
Los
años de entrenamiento también influyen en la elección de la cadencia. En
concreto, la cadencia de pedaleo aumenta en función de los años de entrenamiento,
posiblemente debido al aprendizaje motor relacionado con una mejor coordinación
muscular.
Aún
no hemos hablado de las fibras musculares (lo haremos) pero has de saber que la
elección de la cadencia también tiene cierta relación con el porcentaje de
fibras musculares del ciclista. Este porcentaje depende de la genética. Los
ciclistas con un mayor porcentaje de fibras rápidas, tenderán a pedalear más
atrancados. Y lo contrario los ciclistas con más fibras lentas. Las
fibras rápidas son más fuertes, y por lo tanto, están más capacitadas para
pedalear con menos cadencia. Pero también se fatigan más por lo que generamos
más lactato yendo a una cadencia más lenta.
La
conclusión a esta entrada es que la cadencia óptima la encontrarás por ti mismo
debido a tus facultades motoras y genéticas y al cabo de años de entrenamiento,
pero es importante que en la medida de lo posible siempre vayas a más de 65
pedaladas/minuto para que tus músculos no se fatiguen en exceso. Esta
frecuencia es fácil de calcular: algo más de una pedalada por segundo.
Siempre que oigo hablar de la cadencia de
pedaleo me vienen a la memoria imágenes de Fernando Escartín (ciclista español
que hizo pódium en el Tour del 99). Con su nariz espigada, de pie y
retorciéndose sobre su bicicleta cuando subía un puerto. Siempre atrancado y
luchando por avanzar entre las cuestas. Siempre con esa baja cadencia de
pedaleo y a la vez subiendo tan deprisa.