El
pasado 11 de junio corrí la carrera de San Juan. Esta carrera es organizada por
la Policía Municipal de Madrid y en ella pueden participar todas aquellas
personas que trabajan en dependencias municipales, organismos del Ayuntamiento
de Madrid o Policías. El recorrido tenía 8.250 metros que recorría parte de la
Casa de Campo en el que se subía el Cerro Garavitas.
Como no
podía ser de otra manera, esta carrera es una pequeña fiesta de la gente de las
diferentes dependencias. Tanto es así que no paraba de encontrarme gente de mi
empresa aficionada a correr que no conocía y otros que hacía tiempo que no
veía.
Ya
conocía el recorrido ya que participé en la edición del año pasado. Es un
recorrido duro y exigente ya que hasta el kilometro 2 es más o menos llano
picando hacia abajo, pero a partir de ahí se empieza a subir el cerro Garavitas
que tendrá 1,5 km para después llanear arriba y se baja en 1 kilometro. La
vuelta a meta se hace por el mismo sitio que la salida por lo que hay que
remontar hacia arriba lo que en la salida picaba hacia abajo. En general para
todas las carreras siempre hay que guardarse fuerzas para el final, pero en
esta carrera todavía más ya que la parte final se hace dura. El año pasado salí
bastante fuerte y lo pagué al final no pudiendo aguantar el ritmo que yo mismo
me había impuesto. De eso es de lo que tenía que aprender para esta edición.
Una vez
dada la salida me impuse un ritmo más o menos llevadero que podía aguantar
durante el recorrido. Desde el comienzo tenía a José Ángel, un compañero de mi
empresa a la vista. Sin aumentar el ritmo fui adelantando a gente y casi alcanzando
a José Ángel antes de subir el cerro Garavitas. Cuando comencé a subir, mi
ritmo bajó pero seguí adelantando a gente y al propio José Ángel. Llaneando
arriba él me alcanzó y en la bajada me sacó unos 20 metros. Esto fue
fundamentalmente porque yo iba a utilizar la bajada para recuperar pulsaciones
y fuerzas y él “se tiró” mucho más rápido. En la parte final, que picaba hacia
arriba, fui remontando poco a poco esa distancia pero al final me quedé sin
fuelle como para coger a José Ángel. Gracias a este pequeño “pique” ambos nos
terminamos exigiendo un poco más de la cuenta.
Finalmente
hice un tiempo de 33:28. A algo más de 4 minutos el kilómetro, que teniendo en
cuenta las subidas y que no ando fino corriendo, no está mal.
Me
quedo con lo mejor de esta carrera: el buen ambiente con todo el mundo y en
particular con la gente de mi empresa, la carrera en progresivo y manteniendo
un ritmo bueno en las subidas. Lo peor: que bajé lento ya que me centré en
recuperar.