El valor de un sentimiento se mide por la
cantidad de sacrificio que estás preparado a hacer por él. John Galsworthy.
Cuantas
veces hemos oído que para una persona conseguir algo le ha costado un gran
sacrificio. Muchas veces esta expresión la interpretamos como hacer algo a
disgusto, a regañadientes e incluso hacer algo por lo que uno no está dispuesto
a pasar, pero que al final cedes y acabas haciendo. Sin embargo el significado
del sacrificio es bien distinto ya que está vinculado a algo sagrado, algo
digno de veneración, respeto y que a su vez es muy importante para cada uno. Por
lo tanto, cuando algo lo hacemos sagrado se quiere indicar que eso que hacemos o
que queremos conseguir es muy importante por lo que implica invertir mucho
tiempo y dedicarnos en cuerpo y alma a ese asunto.
En
el deporte se manifiesta continuamente este sacrificio, donde hay que invertir
mucho tiempo en conseguir esas pequeñas metas y objetivos que cada uno se va proponiendo.
A medida que se van consiguiendo esas metas y algunos de los objetivos el
deportista aprende que el sacrificio es importante y reconfortante. En ese
aspecto, el sacrificio se parece bastante al esfuerzo del que ya hablamos anteriormente.
En mi caso, salir a correr por la mañana
temprano antes de ir a trabajar lo convierto en algo sagrado. Y da igual si
llueve, hace frío o si hace mucho mucho frío si tengo previsto salir, salgo. Ese
rato que estoy corriendo es el tiempo que dedico para mí, donde invierto mi
esfuerzo para después conseguir mis objetivos en la carrera y donde además
ordeno mentalmente mi día: como fue el día anterior, que tengo que hacer hoy en
el trabajo y fuera de él… Aconsejo a todo el mundo (que pueda) hacer deporte
antes de ir a trabajar.
En
cambio, la acepción del sacrificio de la que hablábamos al principio (hacer
algo a disgusto) la aplicamos cuando algo que hacemos (que antes podía ser algo
sagrado) lo hacemos obligadamente. Y esto
también puede ocurrir en el deporte. ¿Cuántas veces hemos visto a profesionales
que cuando terminan de practicar el deporte que les ha consagrado dejan de
practicarlo cuando se retiran?
Antes de correr el maratón empecé a sentir
la obligación de salir a correr, tantos kilómetros, tanto tiempo invertido,
muchas molestias en el cuerpo... Fue entonces cuando empecé a entender la otra
acepción del término de sacrificio. En condiciones normales levantarme de la
cama para ir a correr no me cuesta nada pero por aquel entonces correr se
estaba convirtiendo en una obligación y la maratón algo que me desmotivaba.
Con
la práctica del deporte me he demostrado que mediante el sacrificio, la
abnegación, invirtiendo tiempo y sudor se pueden conseguir muchas de las cosas
que te propongas y eso lo aplico en mi día a día, en mis estudios y mi trabajo.