Mi
primera bicicleta de carretera tenía el cuadro de acero, los cambios eran
manuales y estaban integrados en el cuadro, el casete sólo tenía 6 piñones,
platos enormes y los pedales que utilizaba eran de montaña. A medida que me fui
aficionando a montar en bici fui cambiando los componentes de la bicicleta:
compré unas manetas con los cambios automáticos, pedales de carretera, casete
de 9 velocidades, platos más pequeños... Llegó un momento que la gente que
montaba en bici conmigo me recomendó que lo siguiente que tenía que cambiar era
el propio cuadro de la bicicleta. Eso requería ahorrar más de lo que costaban
la mayor parte de componentes. Tras ahorrar durante un tiempo fui a comprar un
cuadro. Conseguí una buena oferta de un cuadro de aluminio marca MEGAMO que estaba en liquidación y a
continuación empecé a montarlo con los componentes que había puesto a la
anterior bicicleta. ¡Como noté el nuevo cuadro! Como en otras muchas cosas,
cuando uno prueba algo mejor de lo que tenía, nota mucho el cambio. Con mi bici
MEGAMO empecé a aficionarme todavía más a la bicicleta hasta tal punto que
podría decir que viví sobre ella varias veces la experiencia de "el
flujo".
Daniel
Goleman, en su conocido libro Inteligencia
emocional, describe la experiencia de "el flujo" como el "estado
en el que uno se siente tan bien que resulta intrínsecamente recompensante, un
estado en el que la gente se absorbe por completo y presta una atención
indivisa a lo que está haciendo y su conciencia se funde con su acción. (...) La
atención se focaliza tanto que la persona solo es consciente de la estrecha
franja de percepción relacionada con la tarea que está llevando a cabo,
perdiendo también toda noción del tiempo y del espacio."
Personalmente
yo vinculo este estado sobre la bici a la marcheta. La marcheta es un término
que utilizan los ciclistas para cuando se refieren al ritmo de cadencia de
pedaleo (aquí tienes una entrada si no sabes lo
que es) que podrías aguantar durante muchas horas sin apenas cansarte. Suele
ser un ritmo de cadencia de pedaleo alto, con poco desarrollo (otra entrada si no sabes lo que es el desarrollo).
Recuerdo que cuando alcanzaba la marcheta era tal el estado de concentración
que solo era consciente del pedaleo, no movía un solo músculo que no fueran los
de las piernas y pensaba que podría llegar donde quisiera. La bicicleta y yo
éramos uno. Aún a día de hoy, cuando salgo a montar en bici voy buscando esas
sensaciones.
Es
casi seguro que hayas vivido este estado de "el flujo" en otras actividades que realices habitualmente. Y
si no es así, ¡no te canses de buscarla!
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