Vencer a los demás te hace fuerte, vencerse
a uno mismo te hace poderoso. Anónimo.
Como
preparación a la maratón de Madrid que voy a hacer el próximo día 28, el pasado
domingo 14 de abril hice la media maratón (21.095 m) de Valdemoro. La cual
consistía en dar dos vueltas a un circuito de algo más de 10.500 metros. Hacer
una carrera dando un número de vueltas a un circuito tiene la desventaja de que
se hace más monótono, pero tiene la ventaja de que si quieres hacer la carrera
en progresivo de menos a más sabes donde puedes apretar. Como esta era mi
intención, la carrera era ideal.
Últimamente
no suelo participar en carreras multitudinarias donde apenas se puede correr bien
hasta pasados un par de kilómetros y donde además el precio mínimo para la
inscripción son 15 euros. Todo eso me parece una pasada. Afortunadamente en
Valdemoro solo éramos 600 participantes (entre la carrera de 10,5 km y la media
maratón) y el precio de la inscripción era de 10 euros.
En
la línea de salida voy convenciéndome de que no quiero correr más rápido de
4:30 el kilómetro durante la primera de las dos vueltas, “cuando vuelva a pasar
por aquí ya apretaré si puedo”. Dan la salida. Pulso el inicio del Garmin para
que me vaya indicando el tiempo y la distancia. Acostumbrado a correr
distancias más cortas automáticamente y sin querer siempre voy a un ritmo más
alto en la salida. La subida del principio me ayuda a ir más lento. Me voy
fijando en el ritmo: 4:25, 4:27. Bien. Al rato miro la distancia que llevo y
¡solo llevo 54 metros! Me doy cuenta que sin querer he parado el tiempo al poco
de arrancar, por eso solo marcan los 54 metros. Estoy hecho un torpe. Le doy de
nuevo al inicio y me fijo que cuando paso por el kilómetro 1 marca 1:03. Si
calculo que he ido de media a 4:30 este primer kilómetro me va a tocar sumar
3:30 al tiempo del garmin para estimar el tiempo real que lleve. Con el paso de
los kilómetros noto que me voy dejando llevar, que podría apretar más pero no
quiero ya que quiero correr en progresivo.
La
carrera recorre Valdemoro, su centro urbano y sus zonas residenciales. A lo
largo del recorrido hay pequeñas subidas y bajadas. Voy buscando sensaciones de
las subidas y me quedo con la del kilómetro 8 para cuando vuelva a pasar por
allí, se va a hacer dura y más cuando está tan cerca del final. Cuando paso
otra vez por meta en el kilómetro 10,5 marca 44:57. He ido más rápido que el
ritmo que me he propuesto. Mal. Al menos estoy en tiempos para hacer menos de
una hora y media. Según paso por meta y saludo a Maribel que no para de darme
ánimos. Empiezo a ir algo más rápido. Veremos lo que aguanto.
Lo
que en la primera vuelta eran pequeñas subidas en la segunda se me van haciendo
cada vez más duras. Cojo agua del avituallamiento del km 15, le cojo la botella
a un niño muy pequeño que sujeta la botella gracias a la ayuda de su padre: “mira
cariño, dale el agua a este corredor”. Cuando se la voy a coger se pone
nervioso y derrama un poco de agua, le doy las gracias: “¡gracias campeón!”. Su
padre a su vez me da las gracias. Para no atragantarme con el agua de la
botella la vacío un poco antes de beber y cuando me la llevo a la boca veo que
me he quedado corto, la he vaciado demasiado. Pienso en la maratón, si hace
calor y necesito más agua no voy a poder vaciarlas tanto y me voy a atragantar
seguro. Pronto pienso en otra cosa y me centro en la carrera que estoy haciendo
y en ir restando kilómetros hasta la meta.
La
subida que hice en el kilómetro 8, que ahora es el 18 se hace dura, aquí no
mantengo nada el ritmo. Cuando llego arriba pienso que solo me quedan 2,5 km y aumento
el ritmo tanto como para no dejarme nada cuando llegue a meta. Ya voy
sufriendo. Voy calculando el tiempo real (sumándole 3:30 al tiempo del garmin)
y calculo que puedo llegar en menos de 1:30:00. Entro en meta con un tiempo de
1:29:50.
He
conseguido bajar de 1:30:00 pero no he hecho la carrera tan en progresivo como
quería. Esto me tiene que enseñar para el maratón que tengo en dos semanas que
NECESARIAMENTE tengo que CONTROLAR MÁS MI RITMO e ir más lento ya que a partir
del km 30 puedo reventar.
Al rato
de terminar la carrera no paro de darle vueltas a que en la maratón que tengo
en un par de semanas voy a correr el doble de distancia que la que acabo de
hacer y estoy reventado. Veremos como la termino…
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